A su ritmo y jugando
Cada maestro tiene su librillo. Nunca mejor dicho cuando se trata de enseñar a un niño a leer y escribir. El método constructivo es el último en llegar a las aulas. Parte de la base de que vivimos rodeados de palabras escritas. Cuando el niño llega a la escuela infantil, ya sabe más de lo que uno se imagina. Sólo es cuestión de guiarle y estimularle para que, a si ritmo, aprenda a manejar y dominar los códigos
Algunos expertos apuestan por obviar los métodos de lectoescritura -el global y el tradicional- y buscar un aprendizaje más natural. Eso es precisamente lo que preconiza el sistema constructivista, que respeta el ritmo madurativo del niño y que parte de la base de que aprendemos a leer y escribir para comunicar. Vivimos en un mundo de palabras y textos, por lo que el niño cuando llega al colegio, ya tiene conocimientos previos de algunas de ellas y ya es un lector, aunque no conozca el código. Y no sólo eso. En ese mundo hay muchos tipos de textos y todos diferentes: carteles publicitarios, noticias de periódicos, subtítulos de películas... Por eso, un profesor que aplique este sistema no trabajará únicamente con un tipo de escritura, sino con todas. Así, le invitará a leer recetas de cocina, postales, la lista de alumnos, un cuento... Otra cosa es que el niño, cuando comience a escribir, prefiera las letras mayúsculas o las cursivas.
Desde el primer día, al niño se le invita a leer y a escribir “como los mayores”. Y él lo hace, apoyándose en imágenes e interpretando el texto a su manera. Por supuesto, luego el profesor se pone a su lado y lo hace correctamente. También se le anima a que busque las letras que conoce –el abecedario siempre está presente en clase– y las palabras que ya ha visto antes, como su nombre –es lo primero que aprende en casa y se trabaja en clase–. Y así, poco a poco –según el ritmo de maduración de cada niño– y a base de leer todos los días–, aprenderá las claves y códigos de escritura. De hecho, hay niños que ya leen con sólo 3 años de edad
Ayúdale
- Los niños imitan a su padres. Si te ven leyendo el periódico todos los días, es posible que un día descubras que él también hace lo mismo.
- Lee diariamente un cuento con el niño: primero hazlo tú y después anímale a que lo intente él. Si aún no sabe, lo interpretará a su manera. Jugad a descubrir en el texto letras y palabras que conozca.
- Explícale lo que aparece escrito en cualquier objeto de su entorno: en la caja de cereales, en su jarabe para la tos, en una valla publicitaria... Así le enseñas nuevas palabras y fomentas su curiosidad. Terminará preguntándote continuamente “¿qué pone ahí?”
- Repasad juntos todos sus trabajos de clase. Valora su esfuerzo y evita presionarle.
- Pregunta a su profesor por el material más adecuado para trabajar con tu hijo. Cada uno de los sistemas de lectoescritura usa herramientas distintas. La cartilla es el instrumento clásico del método tradicional y las fichas que identifican las imágenes con sus nombres, uno de los más adecuados para seguir el método global en casa.
Hola, me gusta mucho como ta queda el blog, estamos en facebook...si quieres pasarte por el mio...recursosparalaeducacion.wordpress.com
ResponderEliminarHola Juan, ¡muchas gracias! Me paso a hacerte una visitilla y a aprender todo lo que se pueda. Un saludo
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